jueves, 31 de agosto de 2006

¥


Varias primaveras pasaron desde que callé una canción. Sólo una.
Ya no la extraño.
Su silencio la transformó en una melodía solemne, engañosamente imperceptible, tímida.
Su eco viene desde un rincón de mí tan lejano
que intentar cantarla merecería un inexorable viaje que mi cansancio esquiva.
De alguna extraña manera, sin embargo, el capricho de las gotas de lluvia sobre las calles del otoño, su traviesa monotonía, la línea nítida de sol que quiebra el aire en el preciso momento en que otro atardecer muere sobre un jardín cualquiera, las hamacas desiertas cuando se mueven pesadas como si mecieran sobre sí a la humanidad entera, todo ésto, -entre otras elegantes situaciones que capturo desde mi cueva-, insiste estoicamente en susurrarme un estribillo que al instante olvido: espero tranquila hasta la próxima desventura animada, quizás me permita algún día oír la canción completamente fuera de mi, del otro lado del rudimentario puente que me sostiene.
Quizás aprendiera a cantarla en voz alta.
De todas formas ya no la extraño.
(Algunas mentiras son el perfecto camuflaje de una verdad indescifrable).
d

miércoles, 30 de agosto de 2006

...and the worries of the day lie down
under cover of the fading clouds
the secrets of the night come alive
in your eyes
you don't have to hurry
you don't have to try
cause you don't have a care
you're walking on air
King Crimson
Walking on Air
Thrak

å


beyond this door

æ


Él dice levitar en un plácido sueño. En la atmósfera húmeda de una habitación sin tiempo.
Y me cuenta sin hablarme que descansa cuando asciende sobre el otro cuerpo dormido.
Del otro lado, los espejos circulares profundos negros
tiemblan incrédulos sin abrirse.
Silenciosa, lo observo: pequeño dentro de una burbuja
nadando a la orilla de ésos ojos que lo salvan de la muerte.
Ya casi se transforma en duende.
Lo pinto con pinceles viejos, lo pinto en mi pared carmín
gritándole a una lápida sin nombre sus deseos
desnudo en un jardín de invierno.
(Un óleo compartido que no me dejará dormir).
d


nocturama

martes, 29 de agosto de 2006

domingo, 27 de agosto de 2006

sorrow will come in the end


Se interpone la suerte azarosa con el olvido perpetuo.
Se confunde el deseo inmediato con una caricia fugaz. Se anudan. Se molestan. Pasados los días, muerta la risa espasmódica que empaña la soledad, el nudo se ablanda.
Se pierden los rostros. Se anida, a cada cuerpo, en un rincón del destierro.
Se intercalan los días de concurrencia al destierro con las tardes bañadas de cenizas brillantes: Aburrido sistema, se transforma en tedio. En lágrima soberana que no rompe sobre un suelo que la sostenga.
Se intercambian consuelos hipócritas por danzas de seda con cuerpos ajenos.
Se bifurcan una y otra vez, infinitamente, los senderos entre rejas de un lenguaje complejo: de señales, de complicidad inútil, de ilusorios encuentros con la esencia esquiva de quien observa el pozo desde donde contemplamos la vida.
Se resigna insistentemente (la mutación de los signos) todo aquello que aparenta brindarnos equívocamente un respiro real.
Se desprenden los niños que fuimos.
Desaparecen en la confusión de querer ser otro sin poder decir no.
Se perpetúan relojes.
Se disuelven los acertijos genéricos.
Se conservan pobres ilustraciones de un prometedor cuento cansado de repetir fórmulas para llegar al cielo sin haber descendido en las sombras que nos dibujan con sangre.
Se esconde la suciedad bajo los años de piedra.
Se limpia con ácido de la memoria el ápice de uno mismo.
Se van las horas nocturnas en el incrédulo devaneo
del dialogo con fantasmas caníbales.
Se entrecierran los ojos.
Indecisos.
Oscilantes.
Así.
d

viernes, 25 de agosto de 2006

┌┐

él
lo ví meciendose
aromático
colgando de una nube naranja

desnudaba una canción
de los cisnes que habitan

la tibieza del viento
y el bostezo veraniego
de las telas
en su ventana de lirio
d

oh!


the queen

jueves, 24 de agosto de 2006

º


regreso

sea flowers cover everything but sun

¦

to me you are a work of art

miércoles, 23 de agosto de 2006

¢


onírico tsunami

moviendo las olas ya no hay realidad

martes, 22 de agosto de 2006

crack

Esa mañana perdí el amanecer. Imprimió en mi un luto que no es absurdo. Esa mañana hostil fue una ecuación.
Esta noche yazgo repitiendo canciones tristes. Escribo para que mi cueva se dilate y sea el mundo. Esta noche yazgo en la agonía perenne de aquel amanecer desprendido de mi, ido, vuelto al sol que sabemos está tan lejos como nosotros mismos de casa. Esta noche espío los sucesos del pedregoso camino sin detener la vista en nada: solo las piedras. Y en ellas hallo salidas. Y en las piedras alguien susurra un cuento lacónico que arrastra nubes gordas y tan suaves que arriman calor. Esta noche de papel de calcar de tantas otras noches de frío urbano helando una vez más al Árbol de Diana en mi.
Esta noche unicorde esconde al sol infinito en la espalda de una bestia que no sabe llorar. Aun recito poemas: las piedras los cantan. Aun persisto en la ausencia monstruosa deseada lejana en un abismo de mar. Aun elijo la silla dura para danzar en mi cueva burlándome de relojes mentirosos que sangran estos barrios del sur por los que caminaré desnuda, sin el espanto del estilo social atado a mi cuello llevándome.
En esta noche pesa el aun inservible. Esta noche las partículas del viento que sopla arenoso lastimando la piel intenta acariciarme fútil. Esta noche sabré que no recuerdo: sabré que estoy detenida en un invento que marca los años como el destino. El devenir incierto sin sentido, con la misma cara abstracta de roble añejo y putrefacto. Esta noche aun oigo caer las lágrimas de una guitarra en un suelo movedizo. Una mañana se disolvió en amanecer frente a una ilusión prohibida. Aun quiero romper el cielo con un relámpago lánguido musical. Aun mi cueva de piedras no conoce la lluvia, sin embargo por dentro una tormenta explotó. Esta noche yazgo repitiendo canciones tristes.
d

·


(lo que quedó del amanecer que perdí)

...


no quiero que se termine

'

dreaming trip

"

usualmente corro furtiva en sueños
hacia la cima más alta que encuentre
para escapar de una ola voraz

que arremete contra todo
desapareciendolo

usualmente nunca llegamos
yo perpetúo mi ruin huída
ella ilumina su cadencia violenta en las noches
esperando que la sueñe para intentar atraparme
proceso incesante en el que sospecho
que la única belleza
la inmensidad inaprensible
busca romper sus espejos
en una bestia que habita en mi
(alguna flor marchita sobrevive aún en su boca)

d

domingo, 20 de agosto de 2006

Recostados estaban en una noche de cielo tieso
sobre la madera vieja y húmeda
dentro de un gélido suspiro que venía del océano
inmóviles
impávidos
dejaban fluir la nada entre sus cuerpos
Balbuceaban sonidos
para rellenar las horas
(el secreto de los transeúntes
para caminar sin lastimarse los pies
es dejar correr las horas
rellenarlas de sustancias
inofensivas y estériles
llegar a la cama vacíos
y descansar
hasta el próximo relleno
hasta el próximo arribo
al puerto Disfraz
en donde los barcos
flotan en la inconsistencia
y tocan la orilla
en un accidente de azar)
Hablaban del cielo:
un minuto de estrellas
los asqueó hasta callar con violencia
una voz proveniente
de un abismo cerebral inerte
soñadora voz que susurraba
estancada entre barcos muertos
Prometiendo abrir su boca
en una tibia tonalidad
se anima a pronunciar
las horas infinitas
de un cielo que siempre
le fue incierto y misterioso
de una distancia imposible
entre su rostro pequeño
y la estrella magnate
madre del sol:
Y los barcos muertos que poseen cuerpos
ríen frenéticamente
la incomprensible voz que les zumba en la popa
mece su gloria banal
de espinas y lascivia jovial
Asqueados
de un minuto de estrellas brillantes
pinchan con sus astillas los labios
serenamente cotidianos
que susurraban
aquel zumbido coral
que animaba la infinitud de un cielo
y la impotencia de no poder penetrarlo.
Naturalmente
lo inonconexo
lo hostil
hiere
los labios trémulos de quien cuenta su historia:
(ssshhh)
Es estúpido
Calláte
La unicidad nos perturba
nos fundimos en nuestro fuego uniforme
dejános yacer mirando herrumbrados
al cielo siempre igual
-de a poco vamos quemandonos
hasta cerrar los ojos ancianos-
un mismo cielo negro
con soles candentes
que iluminan la noche
Sorprenderse mirandolo
es tener náuseas
de podredumbe de magia
sorprenderse de todos los días
es idiota como no sentir
acostumbrarse al hábito
de existir a la deriva siendo
te provoca la sonrisa
(que te quedaría tan bien!).
...Desde lejos se oye
un crepitar de llamas ardientes
son barcos quemandose
son cielos ausentes
Es una boca que se cierra de a poco
un labio le pertenece al otro
un cuerpo incorregible
urdido en si mismo
comiendose
las últimas estrellas:
que velada cósmica han extraviado
de que recorrido fantástico han abdicado
los barcos muertos
que aun tiemblan cínicos en la cerrazón.
d
triste interludio

al arrimarme a la orilla estrepitosa del mar
percibí la nulidad de
el descanso

el olvido sano de la enfermedad
el desahogo
el silencioso remedio
el sereno yacer
de abismal permanecia líquida
y una incierta frescura
y una señal de armonia

Persiste en la extraña que habito
el absurdo ilustrativo
de una ilusión fangosa:
pretender espiar desde lejos
la génesis de la mirada
el furtivo sentido de su canción
lo que solamente se encuentra
naufragando en un mar que es mío

viernes, 18 de agosto de 2006

jueves, 17 de agosto de 2006

²


capricho

¹


psiquis


alimento

?


Se me ocurre que jugar con luces se asemeja a ser un prestidigitador inútil de almas volátiles escondidas tras las cosas.
Se me ocurre que su interpretación rara vez condice con lo que hay detrás
(si es que hay
algo,
una irrefutable nada,
un guiño).
Un blanda esencia
serena, inhallable
que perturbaría la rigidez
de un camino absurdo.
Miramos sin ver,
dejémoslo acá:
Teniendo la superficie de la retina
cubierta de una seda resbaladiza
pixelada, ignota.
but Happy and real.
d

miércoles, 16 de agosto de 2006


glimpse
misteriosa mujer

martes, 15 de agosto de 2006


en Anhedonia
sin primavera

§


reality


Triste la lluvia
que sobre el mármol cae,
triste ser tierra.
Triste no ser los días
del hombre, el sueño, el alba.

Jorge Luis Borges
Tankas
(extraído de
Caja de Música,
Pedro Aznar)

inventar una canción
susurrarla bajito
acariciarla
y perderla luego
en la guitarra inerte
eso es tan triste,
despedirse
olvidarla en un aire
que no es mío
dejarla ir

~


Rayo perdido de una mórbida mirada
y visceversa

lunes, 14 de agosto de 2006

"(...) Un ocaso de sueño es fijo y eterno. Quien sabe escribir es el que sabe ver sus sueños claramente (y es así) o ver en sueños la vida, ser la vida inmaterialmente, sacándole fotografías con la máquina del devaneo, sobre la que los rayos de lo pasado, de lo inútil y de lo circunscrito no tienen acción, y dan negro en la placa espiritual (...)"
Fernando Pessoa
El libro del desasosiego
334 - Segunda Parte

domingo, 13 de agosto de 2006

Æ

gloomy lenght

sábado, 12 de agosto de 2006

·


the empty road

jueves, 10 de agosto de 2006

"

*

"Sueño que te veo indefinidamente a tí misma
estás sentada sobre el alto taburete de coral
Ante tu espejo siempre en su primer cuarto creciente
dos dedos sobre el ala de agua de peine
y al mismo tiempo
regresas de viaje te retrazas la última en la gruta
chorreante de relámpagos
no me reconoces
Estás tendida sobre el lecho te despiertas o te duermes
te despiertas donde te has dormido o en otra parte
estás desnuda la bala de sauco zumba sobre ti
Tu aliento tu sangre salvados de los locos malabarismos
del aire
Atraviesas la calle los autos lanzados sobre tí
no son más que tu sombra
(...)"
André Bretón
de
El aire en el agua

miércoles, 9 de agosto de 2006

¸

every day is like a sunday

±


perfil

martes, 8 de agosto de 2006

»

( )

romeo de luto
Hace unos largos meses leí Tombuctú, de Paul Auster, recuerdo haberlo leído con una ansiedad que me hizo recorrer la historia del can y su Sinfonía de Olores a una velocidad inusitada viajando desde Lomas a Ramos Mejía a bordo del colectivo 406, un largo viaje en el que mis ojos iban más rápido que el rugiente transporte. Hoy vino a mi memoria ese libro, ese viaje, después de haberme enterado de la muerte de Carbonilla y su compañera: Los perritos del barrio, nada inhabitual, con su marcada rutina diaria, yendo a la casa del diariero todas las madrugadas para que haga el reparto. Siempre juntos, inseparables, los ví a lo largo de estos 2 últimos años merodeando las cuatro esquinas tan fieles, tan guardianes, tan perros de barrio pero a su vez tan inusuales. Siempre que los ví (todos los días al cruzar Larroque insultando a los automovilistas impunes) me llamó la atención su temple. Nadie puede decirme que un perro no siente después de haber visto cómo Carbonilla acompañaba junto a ella a los nenes a la escuela todos los días, religiosamente.
Recuerdo también que el protagonista del libro terminó viajando hacia Tombuctú de la misma forma en la que ellos lo hicieron, con un día de diferencia.
Carbonilla cruzaba la calle con una facilidad sorprendente, el semáforo le avisaba a él lo que parecía que los razonables seres a bordo de tutúes no comprendían. No he visto imagen más preciosa en esas esquinas metálicas que la de ellos dos juntos echados al sol, horas enteras. Nunca pude conseguir el más mínimo gesto de parte de ellos, mi esmero por conseguirlo entre saludos hiperkinéticos y alfajores fue inagotable, aunque con sólo ver a Carbonilla mirarme con esos ojos que decían tanto, esa mirada de un perro que sabe mucho más del cielo que todos nosotros y sólo conoció calles y transeúntes de los que hizo su reino entre tiranos, se me acomodaba el mundo y seguía mi rumbo.
Me pregunto todavía por que una vida tan significante no vale como la del señor que no frenó su instinto de velocidad. Me pregunto cómo se pudo dejar yacer a una luz que se apagaba y olvidarse en casa mirando tv. Me pregunto si el diariero habrá notado que la noche entraba por su casa más oscura que nunca unos minutos más tarde que las 3 am. Me pregunto por que la verdad acerca de un alma diáfana sólo puede ser revelada en un libro que seguramente estremece de ilusión y ternura a cualquiera que no comprenda cuan cierto és que ellos dialogan sabios, dicen con su paso rítmico lo que yo no puedo con mis recursos lingüísticos trabándose por dentro a destiempo, y me pregunto también por que dicen que el amor es humano. Por que ella, el sábado, luego de haberlo visto a Carbonilla casi en Tombuctú, se fue con el. Se dejó llevar por otro automóvil fugaz. Fue otra rima de la vida? (de la muerte?)
La muerte siempre rima.
Hoy crucé nuevamente Larroque pero ya sin insultar a nadie. Esta vez me hundí en un silencio que rodeó la silueta de su ausencia en la esquina en donde un rayo de sol invernal pareció señalarme que estaban juntos en Tombuctú ladrándole al viento.
No voy a despedirme.
Sólo abriré el libro: tal vez los encuentre.
D

æ

lunes, 7 de agosto de 2006

V

aquel cuerpo infantil e hirsuto
delimitado apenas por la detonación del espacio
está incrustado como un ámbar
en el aparente cráneo del cristal del tiempo
y el cristal remuévese en su fluido
como pasos en la sombra
pero aquel inmutable ser propulsado
aquella fascinada proyección
escapada de la placidez de la muerte
se ha conducido hacia la nada
(nada ¿dónde estás tú en medio de este nada?)
y de la nada se sugurió su impulso
que incumbía a todo lo inexistente
y desde ese mismo estado inatómico
escapó como gimiendo por el desahogo
como estirándose
todo lo infinitamente misterioso de
nuestra respiración
Guitarra Negra
L.A.S

÷


extensión

domingo, 6 de agosto de 2006


Un frío violento
descubre
ése rincón del cielo
y dentro de la niebla
oigo a la luna lejos
lento canta
Arrullando noches
que son las mismas
un gesto invisible
la luna es mía

viernes, 4 de agosto de 2006

jueves, 3 de agosto de 2006

Hoy anduve sin prisa por la ciudad.
Intenté en vano capturar alguna imágen estéticamente agradable (ya que la esencia huye del frío último)
pero no hubo una sola vez en la que presionara el botón sin sentirme nuevamente agobiada y encerrada sin tregua entre altos paredones henchidos de humedad, entre abuso de contrastes de pájaros y cemento.
Las opciones se redujeron hasta ser solo una y no precisamente
la que prefiero en este invierno:
Desolación.
Encarnada en mi cuerpo entumecido erguido sobre pies de barro.
Y sólo me quedaba eso. El espíritu ya se ha preparado para salir disparado hacia un sitio incierto aunque sin duda más primaveral que éste. Agazapado espera en un rincón. Y solo me quedaba eso:
Elaborando la espera del disparo hacia el sol los pies buscaron un tibio encuentro con eso que se asimila a una lánguida y perfecta ilusión estética
oculta en la ciudad de gatos tangueros.
Pero esta vez la tibieza se disipó. No la ví.
No pude acariciarla, no logré capturarla.
El tren pasa igualmente mediocre que ayer, rugiendo en todas las estaciones uniforme y pesado, el alma de vaca socializado retumbando en los rieles.
Regreso al sur bonaerense con un amargo atardecer a cuestas.
Este invierno pertenece a esos capítulos grises
en donde el frío nace por dentro y relata cuentos cansados.
Hoy salí a recorrer la ciudad bajo un cielo ausente.
(d)
"Caminito, que entonces estabas
bordado de trébol y juncos en flor,
una sombra ya pronto seràs,
una sombra, lo mismo que yo"
Carlos Gardel

miércoles, 2 de agosto de 2006

exabrupto

la nada comprimida
estampada en el techo
la nulidad
un perro que gime
tiene ojitos tristes
este invierno
se incorpora
me lanza sus clavos
cuanta nada
cuanta
yo
que ganas de gritar:
a la mierda primavera!!
sueño
que pasa?
no entendés?
mis ojos abiertos
sueño
clamo dormir

martes, 1 de agosto de 2006

~


sshhh

=

l

///

Seamos sensatos:
Si desatara los nudos que fueron tejidos con gracia se desmoronaría el mundo.
Te vería deambular trémulo y desnudo por los callejones de la desolación
que esquivamos día tras día.
Si me ayudaras a desatarlos se parecería a una tregua,
un lujo vulgar que nos daríamos al compartir la miseria.
¿Cuando sucedió que no recuerdo,
juntarse las soledades simulando la panacea de la naranja entera,
para destejer en silencio el entramado ficticio del sueño?
Necesito de tus hilos.
Que me los prestes vencido, fuera de ese círculo vanidoso
en donde danzamos hasta despedirnos.
Dejáme tejer entonces un nuevo nudo de cintas azules, palpables, reconocibles.
Tomaré de tu mirada la lívida sensación que ella plasmó en las cosas...
tomaré de tu cuerpo el aire dulce que despide al moverse en mi cuarto.
Elegiré un sin sentido de tu razonamiento
para que no haya ecuaciones que rompan nuestro crochet.
Usaré mis uñas en tu presencia celestial de las mañanas para limpiar las pelusas
que hacen toser nuestro cuento.
Tus hilos. Mi lana. Mil puntos.
Las implacables cintas azules de una alfombra que pisaremos para caminar
en la encrucijada que nos conduce al abismo.
d