sombra despiadada serpenteando los rincones
un silencio parecido a la más hermosa muerte
pude haber sido intermitente aunque líquida, lluvia
y soy la enamorada del muro que alguien alimenta con fertilizantes
con químicos amantes
de mi manera obsoleta ahora pronuncio la nada
y las hilachas de aquella carne hecha de páginas y cuentos nuevos
no pueden enlazarse
inacabables intersticios que chupan y deshacen
y el letargo
y la agonía ajena
el devenir finito como las pieles de abuelos
la juventud caduca como todos mis cuentos
¿Dónde podré encontrarte,
personaje ficción, personaje carne?
he sabido que siempre andas en uno mismo
he oído que la crueldad de nacerte es una alquimia fugaz
y sólo cuadros de vidas disímiles concuerdan en algo:
en ésta biología podredumbre mal llamada existencia
que se retuerce queriendo brillar con una luz sospechosa
amarillo de bilis
amarillo de otoño
amarillo el calor de los trenes demonios
¿Y dónde, dónde te apersonarás, Ángel Exterminador?
¿Seré entera, sabré responderte?
somos todos asesinos,
no es paranoia,
es el sol de la tarde:
dejamos ahogados a nuestros niños en un riachuelo podrido
con intuiciones y juegos, con purezas sin nombres,
¿Y cómo, después, seguir falseando al lánguido destino?
¿Soy un cadáver de mí?
una sustancia viscosa con ojos y dientes anónimos emerge de las cañerías
la infancia perdida, el día,
la ciudad comprimida
esto no es poesía
d
lunes, 29 de octubre de 2007
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
2 comentarios:
Precioso Dahlia. Cada vez me adentro más en tu simbología. Cada vez me gusta más esa forma de retorcer el lenguaje; continúa hasta que la palabra dé de sí la amenaza del silencio.
Abrazos,
D.
No se que es pero esta bueno el blog, las fotos y los escritos.
Al terminar de ver el blog me quedo la sensacion que andas en puntitas de pie.
Publicar un comentario