jueves, 31 de mayo de 2007

Ø

Gustave Klimt - The tree of life

Sólo paredes me abrigan en esta fría ciudad
Aquí del otro lado
Siento la mansa brisa del pensamiento
Acorde viejo, herrumbre
A la luz de un sol de gases azules
Guarecida de un tumulto que te pasa por arriba

Estaré coagulada?
Cómo es que los hilos ya no tensan,
Que la lluvia ya no pasa?
Que sólo

de un modo andaluz, a escondidas conservo
Mi tesoro

que es suave
Mi rincón azucarado
Mi asteroide d 723
Mi memoria extensiva

En que lugar habrá caído mi semilla?
Si tuviera fuerza en mis cuerdas vocales
Retumbaría los túneles de la tierra
Riégala con melodías de viento y escarcha
Cuídala con la luna y la mar lejana
Haz que allí crezca lo que dentro mío murió

Piano sempiterno te animo a desplegar tus aves
Tus bailarinas oscuridades
En esta noche de invierno que huele a melancolía
En esta casa vacía
Aquí del otro lado
Siento la mansa brisa del pensamiento

Agotado

d

2 comentarios:

colorprimario dijo...

El hastío pudiera ser otro de los hijos ilegítimos del exceso. En su turbia cerrazón todos somos proclives a la mentira inconsciente, gracias a la cual se podría imaginar, con tristeza, el rostro invisible de otra luna; a fin de suponer que ésta esconde la cálida sonrisa o el nítido sosiego que negaron los años.

Saludos...

N. dijo...

Todos tenemos otoños de vez en cuando
Sacudidos por el viento, se nos cae la ropa.
Hoja por hoja
Palabra por palabra
Caricia por caricia
Poema por poema
Los libros se resecan, y planean el aire, deshidratados.

Desnudos y sudando inviernos, vamos buscando vicios por los muelles de calecitas cuadradas.
Nuestras pieles de pasado, son las que se pudren en la tierra que nutre nuestras raices.
El otoño es acumular muertes, para esperar la primavera y explotar de verde.