domingo, 20 de diciembre de 2015
viernes, 4 de diciembre de 2015
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No hace falta
hablar diez minutos. Habrá cantado un pájaro mojado en una
rama oblicua mientras llueve: me hará sonreír.
oler con deleite tu pan al mediodía, un pan de oro que no
querré comer para evitar destruirlo.
de ninguna manera, sentarme frente a vos sobre una montaña
de diamantes y barro, no hará más falta esa cosa tan abismal, de subir y bajar
de allí para besarte.
Tampoco quiero más esa manera bestial de meterte en mi
cuerpo: Ya No se Aguanta luego tan grande Ausencia. No será necesario un soñar
tan intenso, tan proporcional al misterio que te pinta el aire oscuro cuando me
mirás inoportuno.
Sólo entender que dentro mío hay una montaña.
Tomar mis botas, un poco de abrigo, y subirla. Dejarte detrás. Llegar a la cima, encender una antorcha, y llorar.
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