jueves, 9 de octubre de 2008

variar

les feuilles mortes
Remedios Varo


Muda. Serena y verde; dibujada con líneas de otro cuerpo,





(...) Seré árbol, seré Dafne, crecen en mí raíces afirmándome a este colchón de hierba inconclusa, para poder hamacarme sin movimiento en tu existencia y permanecer dormida en el raudal vertiginoso de aquel par de ojos amarillos que miran humedecidos con las gotas de su brillo (...)








(...) lo que tengo para guarecerme se desprendería de mí, caería aplastante un día como sus manojos de hojas, algo externo lo pujaría con magia como trayendo al mundo el goce de no ser ya en este cuerpo de mármol pero estoy en mí y ese par de círculos de fuego que me queman de un verano que jamás me dará calor giran allá arriba y hacen nidos en mi vientre con gaviotas hambrientas a las que alimento con un viento ajeno, el único intermediario que une a tu cuerpo y el mío pegado a mí, viento que teje su historia con hilos de dolorosa espera, seré Dafne y como un bramido animal de guerra clamo que nada podrá moverme ya de aquí.
Silencio


d

3 comentarios:

Federico J. B. dijo...

"clamo que nada podrá moverme ya de aquí"

(menos mal)
Y siguendo los pasos del adelantado Don Rodrigo, me quedo a citar "y ese par de círculos de fuego".

Bienaventurada pira la suya.

Saludos y abrazos bastantes.

Federico J. B. dijo...

Para cuando, para?

Don Julio dijo...

Remedios Varo...
una musa.
Me espeja
la música.