lunes, 11 de febrero de 2008

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"(...) Al viajero extraviado le queda, por lo menos, el consuelo del paisaje que cambia continuamente a su alrededor, y en cada recodo le nace la esperanza de encontrar, por fin, un camino de salida, pero quien está perdido en sí mismo no tiene mucho espacio para dar vueltas. Comprende rápidamente que se encuentra en un laberinto del que no podrá salir nunca. (...)"


Soeren Kierkegaard

Diario de un seductor